Para superar el egoísmo separador de los hombres es menester recurrir a las fuerzas religiosas. La celebración comunitaria de las grandes fiestas sacrificiales y de los grandes servicios religiosos, que al mismo tiempo fueron expresión del nexo y de la estructuración social entre familia y Estado.,era el medio que aplicaban los grandes soberanos para suscitar en los corazones una emoción mancomunada gracias a la música sacra y la magnificencia de las ceremonias y hacer que esta los despertara a la conciencia del origen común de todos los seres. Así se vencía la separación y se disolvía la rigidez. Otro recurso para el mismo fin lo constituye la cooperacion en grandes empresas llevadas a cabo en común, que brindan a la voluntad una gran meta y, por requerimiento de esa meta, disuelven todo lo que separa, tal como en un barco que cruza una gran corriente todos los que están a bordo han de unirse en la faena colectiva.
Sin embargo, sólo un hiombre libre él mismo de todo pensamiento parásito egoista, y que está arraigado en la justicia justicia y constancia , es capaz de lograr semejante disolución de la dureza del egoísmo-.
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