ALCANZANDO LA FUENTE. La arquitectónica libera el orden del entero
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E l p o z o
de agua
Puede cambiarse de ciudad
Mas no puede cambiarse de pozo.
Para una buena organización estatal o social de los hombres hacen falta dos cosas. Es necesario descender hasta los fundamentos de la vida.
Toda superficialidad en el ordenamiento de la vida, que deje insatisfechas las más hondas necesidades vitales, es tan imperfecta que no difiere de un estado en el cual ni siquiera se hubiese hechi algún intento de ordenamiento.
Cuando la protección militar de un estado , por ejemplo se exagera al punto de provocar guerras por las que se ve destruído el poderío del estado, esto equivale a la rotura del cántaro (del pozo).También en lo relativo al hombre individual debe tomarse en consideración este signo. Por diversas que sean las inclinaciones y las formaciones de los hombres, la naturaleza humana en sus fundamentos es la misma en todos los casos. Y cada cual puede proveerse durante su formación , recurriendo a la fuente inagotable de la naturaleza divina de la esencia humana. Pero tambien cual respecto existe la amenaza de dos riesgos: en primer lugar, que durante su formación uno no penetre hasta las verdaderas raíces de lo humano y más bien quede atascado en medio de las convenciones _ semejante semicultura es tan mala como la incultura_ o bien que súbitamente uno claudique y descuide la formación de su ser.
L a i m a g e n
Sobre la madera está el agua:
la imagen del pozo.
Así el noble alienta al pueblo durante el trabajo.Y lo exhorta a ayudarse mutuamente.
La madera succiona el agua hacia arriba.
Así como la madera en cuanto a organismo imita la actividad del pozo que redunda en beneficio de las diferentes partes de la planta, ordena el noble la sociedad humana,. De modo que a la manera de un organismo vegetal vaya una mutua interpenetración para bien del todo.
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