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3. Chun / La Dificultad Inicial
Salida lunar
La situación indica , pues, una densa, caótica plenitud. Trueno y lluvia ocupan el aire. Pero el caos va aclarándose. El movimiento, que va hacia arriba, mientras lo abismal desciende, encuentra finalmente una salida del peligro. La tensión de las fuerzas se descarga en tormenta y todas las cosas respiran con alivio.
EL DICTAMEN
La dificultad inicial obra elevado éxito.
Propicio en virtud de la perseverancia.
No debe emprenderse nada.
Es propicio designar ayudantes.-
En los períodos de formación suele haber dificultades. Es como si se tratase de un parto primerizo. Tales dificultades, empero surgen de la plenitud de aquello que se debate por lograr su forma. Todo se halla en movimiento y por eso, a pesar del peligro existente, hay perspectivas de éxito grande siempre que se persevere en procura del mismo. Cuando semejantes épocas iniciales aparecen como destino, todo se encuentra, todavía informe y oscuro. Por lo tanto es preciso aguardar, pues todo intento prematuro de echar mano podría acarrear el fracaso. Es asimismo de suma importancia no permanecer solo. Hace falta disponer de ayudantes para poder dominar el caos mediante un esfuerzo mancomunado con ellos. Sin embargo, esto no quiere decir que uno mismo ha de quedarse contemplando inactivo los sucesos; más bien es necesaria la propia intervención , estando uno presente en todo y contribuyendo con su estímulo y conducción.
LA IMAGEN
Nubes y trueno: la imagen de La Dificultad inicial.
Así el noble actúa desenmarañando y ordenando.
Las nubes y el trueno se representan mediante ciertas ornamentaciones lineales, vale decir que dentro del caos de la dificultad inicial ya están dados los gérmenes del orden. Así, en tales épocas iniciales, el noble debe estructurar y ordenar la inabarcable y confusa plenitud, tal como van devanándose las hebras de una madeja de seda y uniendose en hilos. Para encontrarse en lo infinito es menester discriminar y unir.
LAS LINEAS
Primera:
Vacilación y traba.
Es propicio permanecer perseverante.
Es propicio designar ayudantes.
Si en los comienzos de una empresa tropieza uno con trabas., no debe tratar de forzar el progreso; más bien será necesario detenerse, por precaución. Sin embargo, no debe uno permitir que lo confundan: es preciso no perder de vista la meta de un modo perseverante, duradero. Tendrá importancia que uno se procure adecuados medios auxiliares o asistentes. Estos se encuentran únicamente cuando uno se muestra ante los hombres en el trato con ellos modesto, carente de presunción. Sólo así se obtendrá la adhesión de aquellos con cuya ayuda podrá hacerse frente a las dificultades.
Segundo.
Se apilan dificultades. Caballo y carro se separan.
Él no es un raptor,
Va a cortejar en el debido plazo.
La doncella es casta, no se promete.
Diez años, luego promete.
Se halla uno trabado y en dificultades. Y entonces, de pronto, se produce un cambio: es como si arribara alguien con carruaje y caballos y desenganchara. Este suceso ocurre tan sorpresivamente que suscita sospecha de que el hombre que se acerca ha de ser un bandido. Poco a poco una comprueba que el otro no abriga malas intenciones, sino que viene en procura de una alianza amistosa y ofreciendo alivio. Sin embargo, ese ofrecimiento no es aceptado, puesto que no procede de donde debe proceder; parece preferible esperar hasta que se cumpla el plazo: diez años representan un período redondo, un plazo cumplido. Entonces retornan por sí mismas las condiciones normales y es dable reunirse con ese amigo que a uno le esta destinado. Bajo el símbolo de la novia que en medio de graves conflictos permanece fiel a su amado, se brinda un consejo para esta peculiar situación de la vida.: Cuando en epocas de dificultad, encontrandose uno trabado, impedido, recibe inesperadamnete un ofrecimietno de alivio de parte de alguien con quien no mantiene relaciones, ha de proceder con cautela, tratandoi de no entrar en eventuales compromisos como consecuencia de tal ayuda, pues de no proceder así se vería uno disminuido en su libertad de e decision. Si uno aguarda a que llegue el moemtno adecuado, retornarán las circunstancias tranquilas y se alcanzará lo que se espera.
Dificultades se apilan
Caballo y carro viran
Si no estuviese el raptor
El pretendiente por cierto vendría
La dondella, es fiel, no se promete.
Diez años, luego se promete.
Tercera.
El que caza al ciervo sin guardamonte,
Lo único que logra es extraviarse en el bosque,
El noble capta los signos del tiempo
Y prefiere desisstir.
Continuar acarrrea humillación.
Si uno no dispone de un guía y pretende cazar en un bosque desconocido, se extravía. No se debe pretender escapar a hurtadillas, irreflexivamente y sin guía, de las dificultades en que uno se ve envuelto. El destino no se deja engañar. Afanarse prematuramente y con precipitaciónb , careciendo de la necesaria conducción, acarrea fracasos y verg´¨uenza. Por eso el noble que reconoce los gérmenes de lo venidero, preferirá renunciar a un deseo, a atreaer sobre sí el fracaso y la humillación si tratara de lograr a la fuerza el cumplimiento de ese deseo.
Cuarta.
Caballo y carro se separan-.
Busca la unión!
Acudir trae ventura.
Todo obra de un modo propicoio.
Se encuentra uno en una situacion en la cual se impone el deber de actuar y sin embargop las fuerzas noi son suficientes para ello. Se presenta, empero, la oportunidad de encontrar compañía. Es cuestión , pues , de echarle mano.es necesario no dejarse trabar por un falso orgullo. Será una señal de claridad interior si uno vence su amor propio y da el primer paso, aun cuando eso requiera cierta abnegación. Cuando alguien se ve en una sitruacion dificil no es vergüenza aceptar ayuda, y si uno realmente encuentra al ayudante adecuaxdco todo ira bien.
Quinta:
Dificultades en bendecir.
Pequeña perseverancia trae ventura.
Gran persevreancia trae desventura.
La situacion en que uno se encuentra no da posibilidad alguna de evidenciar las buenas intenciones como para realmente se manifiesten y sean comprendidas. Hay quienes se entromenten y deforman todo lo que uno hace. En un caso asi es preciso ser cauteloso y proceder paso a paso. No es posible pretender imponer a la fuerza una obra grandiosa, pues tal cosa sólo se logra cuando ya se goza de una confianza unánime. Sólo en silencio, mediante una labor fiel y escrupulosa, puede actuarse paulatinamente , en el sentido de lograr que se esclarezcan las circunstancias y se anulenb las trabas.
Sexta:
Caballo y carro se separan.
Lágrimas de sangre se derraman.
Hay personas a quienes las dificultades iniciales se les tornan graves en exceso. Ellos se atascan y ya no encuentran salida alguna. Se quedan con los brazos caídos y abandonan la lucha. Semejante resignación es de lo más trsite que pueda darse-. Por eso, kung Tse anota al respecto la siguiente observación: “ Se derraman lágrimas de sangfre: es algo que uno debe hacerse duramente”
La situación indica , pues, una densa, caótica plenitud. Trueno y lluvia ocupan el aire. Pero el caos va aclarándose. El movimiento, que va hacia arriba, mientras lo abismal desciende, encuentra finalmente una salida del peligro. La tensión de las fuerzas se descarga en tormenta y todas las cosas respiran con alivio.
EL DICTAMEN
La dificultad inicial obra elevado éxito.
Propicio en virtud de la perseverancia.
No debe emprenderse nada.
Es propicio designar ayudantes.-
En los períodos de formación suele haber dificultades. Es como si se tratase de un parto primerizo. Tales dificultades, empero surgen de la plenitud de aquello que se debate por lograr su forma. Todo se halla en movimiento y por eso, a pesar del peligro existente, hay perspectivas de éxito grande siempre que se persevere en procura del mismo. Cuando semejantes épocas iniciales aparecen como destino, todo se encuentra, todavía informe y oscuro. Por lo tanto es preciso aguardar, pues todo intento prematuro de echar mano podría acarrear el fracaso. Es asimismo de suma importancia no permanecer solo. Hace falta disponer de ayudantes para poder dominar el caos mediante un esfuerzo mancomunado con ellos. Sin embargo, esto no quiere decir que uno mismo ha de quedarse contemplando inactivo los sucesos; más bien es necesaria la propia intervención , estando uno presente en todo y contribuyendo con su estímulo y conducción.
LA IMAGEN
Nubes y trueno: la imagen de La Dificultad inicial.
Así el noble actúa desenmarañando y ordenando.
Las nubes y el trueno se representan mediante ciertas ornamentaciones lineales, vale decir que dentro del caos de la dificultad inicial ya están dados los gérmenes del orden. Así, en tales épocas iniciales, el noble debe estructurar y ordenar la inabarcable y confusa plenitud, tal como van devanándose las hebras de una madeja de seda y uniendose en hilos. Para encontrarse en lo infinito es menester discriminar y unir.
LAS LINEAS
Primera:
Vacilación y traba.
Es propicio permanecer perseverante.
Es propicio designar ayudantes.
Si en los comienzos de una empresa tropieza uno con trabas., no debe tratar de forzar el progreso; más bien será necesario detenerse, por precaución. Sin embargo, no debe uno permitir que lo confundan: es preciso no perder de vista la meta de un modo perseverante, duradero. Tendrá importancia que uno se procure adecuados medios auxiliares o asistentes. Estos se encuentran únicamente cuando uno se muestra ante los hombres en el trato con ellos modesto, carente de presunción. Sólo así se obtendrá la adhesión de aquellos con cuya ayuda podrá hacerse frente a las dificultades.
Segundo.
Se apilan dificultades. Caballo y carro se separan.
Él no es un raptor,
Va a cortejar en el debido plazo.
La doncella es casta, no se promete.
Diez años, luego promete.
Se halla uno trabado y en dificultades. Y entonces, de pronto, se produce un cambio: es como si arribara alguien con carruaje y caballos y desenganchara. Este suceso ocurre tan sorpresivamente que suscita sospecha de que el hombre que se acerca ha de ser un bandido. Poco a poco una comprueba que el otro no abriga malas intenciones, sino que viene en procura de una alianza amistosa y ofreciendo alivio. Sin embargo, ese ofrecimiento no es aceptado, puesto que no procede de donde debe proceder; parece preferible esperar hasta que se cumpla el plazo: diez años representan un período redondo, un plazo cumplido. Entonces retornan por sí mismas las condiciones normales y es dable reunirse con ese amigo que a uno le esta destinado. Bajo el símbolo de la novia que en medio de graves conflictos permanece fiel a su amado, se brinda un consejo para esta peculiar situación de la vida.: Cuando en epocas de dificultad, encontrandose uno trabado, impedido, recibe inesperadamnete un ofrecimietno de alivio de parte de alguien con quien no mantiene relaciones, ha de proceder con cautela, tratandoi de no entrar en eventuales compromisos como consecuencia de tal ayuda, pues de no proceder así se vería uno disminuido en su libertad de e decision. Si uno aguarda a que llegue el moemtno adecuado, retornarán las circunstancias tranquilas y se alcanzará lo que se espera.
Dificultades se apilan
Caballo y carro viran
Si no estuviese el raptor
El pretendiente por cierto vendría
La dondella, es fiel, no se promete.
Diez años, luego se promete.
Tercera.
El que caza al ciervo sin guardamonte,
Lo único que logra es extraviarse en el bosque,
El noble capta los signos del tiempo
Y prefiere desisstir.
Continuar acarrrea humillación.
Si uno no dispone de un guía y pretende cazar en un bosque desconocido, se extravía. No se debe pretender escapar a hurtadillas, irreflexivamente y sin guía, de las dificultades en que uno se ve envuelto. El destino no se deja engañar. Afanarse prematuramente y con precipitaciónb , careciendo de la necesaria conducción, acarrea fracasos y verg´¨uenza. Por eso el noble que reconoce los gérmenes de lo venidero, preferirá renunciar a un deseo, a atreaer sobre sí el fracaso y la humillación si tratara de lograr a la fuerza el cumplimiento de ese deseo.
Cuarta.
Caballo y carro se separan-.
Busca la unión!
Acudir trae ventura.
Todo obra de un modo propicoio.
Se encuentra uno en una situacion en la cual se impone el deber de actuar y sin embargop las fuerzas noi son suficientes para ello. Se presenta, empero, la oportunidad de encontrar compañía. Es cuestión , pues , de echarle mano.es necesario no dejarse trabar por un falso orgullo. Será una señal de claridad interior si uno vence su amor propio y da el primer paso, aun cuando eso requiera cierta abnegación. Cuando alguien se ve en una sitruacion dificil no es vergüenza aceptar ayuda, y si uno realmente encuentra al ayudante adecuaxdco todo ira bien.
Quinta:
Dificultades en bendecir.
Pequeña perseverancia trae ventura.
Gran persevreancia trae desventura.
La situacion en que uno se encuentra no da posibilidad alguna de evidenciar las buenas intenciones como para realmente se manifiesten y sean comprendidas. Hay quienes se entromenten y deforman todo lo que uno hace. En un caso asi es preciso ser cauteloso y proceder paso a paso. No es posible pretender imponer a la fuerza una obra grandiosa, pues tal cosa sólo se logra cuando ya se goza de una confianza unánime. Sólo en silencio, mediante una labor fiel y escrupulosa, puede actuarse paulatinamente , en el sentido de lograr que se esclarezcan las circunstancias y se anulenb las trabas.
Sexta:
Caballo y carro se separan.
Lágrimas de sangre se derraman.
Hay personas a quienes las dificultades iniciales se les tornan graves en exceso. Ellos se atascan y ya no encuentran salida alguna. Se quedan con los brazos caídos y abandonan la lucha. Semejante resignación es de lo más trsite que pueda darse-. Por eso, kung Tse anota al respecto la siguiente observación: “ Se derraman lágrimas de sangfre: es algo que uno debe hacerse duramente”
La espera ... matriz magnètica: autoregular el fuego universal del propòsito.
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