"Niño de facultades divinas, tu eres la antigua canciòn futura cantada aboriginalmente en el aquì y el ahora, sè puro para que el sonido pueda disolverte"
5.12.07
Radiancia interior
36. Ming I / El oscurecimiento de la luz
Aquí el sol se ha hundido bajo la tierra; por lo tanto, se ha oscurecido, eclipsado. El nombre del signo equivale en realidad a Lesión de lo Claro, de ahí que las líneas individuales mencionen reiteradamente lesiones. La situación se presenta como exactamente opuesta a la del signo anterior. Allí vemos a un hombre sabio en calidad de jefe, que dispone de asistentes capaces y entre todos avanzan mancomunadamente; aquí en cambio aparece ocupando el puesto de autoridad un hombre tenebroso, y el hombre capaz sufre daño por él.
EL DICTAMEN
El oscurecimiento de la luz.
Es propicio ser perseverante en la emergencia.
Es preciso que ni aun en medio de circunstancias adversas se deje uno arrastrar indefenso hacia un doblegamiento interior de su voluntad y conducta. Esto es posible cuando se posee claridad interior y se observa hacia fuera una actitud transigente y dócil. Mediante tal actitud es posible superar aun el peor estado de necesidad, Ciertamente , en determinadas circunstancias dadas, se hace necesario que uno oculte su luz con el fin de poder preservar su voluntad frente alas dificultades que surgen el contorno inmediato, y a pesar de ellas. La perseverancia ha de subsistir en lo más intimo de la conciencia sin llegar a destacarse hacia fuera. Unicamente así podrá uno conservar su voluntad en medio de las contrariedades.
LA IMAGEN
La luz se ha sumergido en la tierra:
La imagen del oscurecimiento de la luz.
Así el noble convive con la gran muchedumbre;
Oculta su resplandor y permanece lúcido sin embargo.
En tiempo de tinieblas es cuestión de ser cauteloso y reservado. No debe uno atraer inútilmente sobre sí poderosas enemistades por causa de una conducta o de modales desconsiderados. Si bien en tales épocas no debe uno compartir las costumbres de la gente, tampoco deben éstas sacarse críticamente a la luz. Son momentos en que es necesario no pretender, en el trato con la gente, que uno lo sabe todo. Muchas cosas hay que deben dejarse como están sin acceder, no obstante, al embaucamiento y caer así en el engaño.
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